Ser más fuertes: Será más fácil caminar, subir las escales y
correr. Además, si la fuerza y la masa muscular aumentan habrá menos
probabilidades de contraer una lesión.
Perder grasa corporal: A medida que la masa muscular se
queman más cantidad de calorías durante todo el día. Lo que sucede es que a
medida que aumenta la capacidad muscular se agiliza el metabolismo y el cuerpo
quema más grasa durante todo el día.
Reduce el riesgo de padecer Osteoporosis: Sobretodo en mujeres que son más
propensas a contraer esta enfermedad. Aumenta la densidad mineral ósea
vertebral alrededor de un 13%. Esto, junto con una buena ración de calcio en la
alimentación, son dos maneras de mejorar las defensas contra la osteoporosis.
Reduce el riesgo de lesiones, dolor de espalda y
artritis: El
entrenamiento de fuerza además de fortalecer los músculos, fortifica los
tejidos conectivos y aumenta la estabilidad articular. Actúa como refuerzo para
las articulaciones y ayuda a prevenir lesiones. Colabora en calmar el dolor de
la osteoartritis y las molestias lumbares.
Nunca es tarde para arrancar: Las mejoras son posibles a
cualquier edad incluso en personas de más de 60 años. Igualmente siempre un
profesor de educación física o experto en musculatura debe supervisar los
ejercicios en personas mayores.
Por otro lado, si el atleta no puede costear el
precio de un gimnasio puede usar botellas con agua o con arena como si fueran
pesas caseras. También se pueden comprar los elementos específicos y hacer los
ejercicios en casa.
0 comentarios:
Publicar un comentario